En esta entrevista, tuvimos la oportunidad de conocer un lugar muy agradable y saludable! Escuchamos historias hermosas, con mucha determinación y con grandes deseos de vivir la vida haciendo lo que gusta. Los agricultores nos presentaron sus huertas con gran alegría, nos mostraron cómo plantar, cuánto tiempo demoran las semillas en germinar y cuando están listas para la cosecha.
Ahora, conozcamos un poco más sobre esta profesión y hagamos un seguimiento de nuestras entrevistas. Hoy, nuestra parada fue en la huerta de la Comunidad "Boa Esperança".
Uno de nuestros entrevistados fue el señor Augusto (59), que está casi por jubilarse como agricultor, aprendió con su padre a como cultivar la tierra y viene haciendo eso hace cuarenta y cinco años, más o menos, junto con su hermana, aprimorando sus conocimientos y así obtener una renta extra y ayudar su familia, que le ayudan y le apoyan mucho en su trabajo como agricultor. Él cultiva cuarenta parterres en la huerta comunitaria con grandes variedades como cilantro, perejil, cebolla, tomate, papa, hierbas para hacer té, entre otras especiarias.
El agricultor Augusto* trabaja de las 7h hasta las 18h30min y se considera un profesional desvalorizado en relación a la otras profesiones, pero no hay motivos para entristecerse. Y mismo cuando jubilarse, prefiere seguir trabajando en lo que realmente le gusta.
La señora Lucy* (79) es una de las fundadoras de la huerta. Mujer de la tierra y muy guerrera, crió sus hijos y aprendió a manejar la tierra sólo, así cómo enfrentar las dificultades de la vida desde temprano por tener perdido sus padres cuando pequeña. Ella se siente muy desrespeitada y que los otros no le dan la debida atención. Informa, que hay robo de las plantaciones que cultiva, no solamente las suyas pero en toda la huerta. Así como el señor Pedro ella planta de todo. Señora Lucy* dijo que su sueño cuando niña era ser médica doctora.
Señor Cristiano*, antes de trabajar en la huerta, era albañil. Para él, el contacto con la naturaleza es muy bueno. El trabajo en la huerta es maravilloso y le hace muy feliz. Tiene tres hijos que lo apoyan y lo alientan. A través del trabajo en la huerta, el Cristiano* gana más de un salario mínimo que garantiza el ingreso suplementario de su família.
Cultiva varios tipos de lechuga, olores verdes, tomates cherry, okra, pimientos picantes, rúcula, entre otros. A cada 30 días se realiza la cosecha. Cícero abastece a un mercado en Teresina y también vende a personas que van directamente en la huerta.
Hablamos aún con el señor Alberto*, que trabaja como agricultor hace 23 años y, tiene seis hijos y, desde niño, tuvo una vida sufrida, pues perdió sus padres muy temprano y tuvo que dejar de estudiar para trabajar y sostener sus hermanos.
Según él, la valorización del trabajo parte primero del propio profesional y el señor Alberto* es el reflejo de una persona que valoriza su trabajo. Para él, sacar la huerta de él es como sacar su propia vida; trabajar en la huerta es su terapia.
Su sueño de niño era poder estudiar, aprender a leer y a escribir, pero su vida tomó otro destino y llegó hasta mismo a necesitar de la ayuda de otras personas para vivir. Cuando cuestionando si le gustaría volver a estudiar, habla que no, pues ya está “viejo” y llegó a enlouquecer debido a trabajar tanto.
La encuesta con el señor Alberto* fue un momento de aprendizaje y un mensaje marcó mucho, pues habló que procura siempre aprender con las personas que visitan la huerta y que siempre está dispuesto a conocer más las cosas. En la práctica, percibimos que aprendemos mucho con el otro y no fue diferente en esta entrevista.
Hablar con todos esos profesionales fue un momento enriquecedor, la simplicidad y la solicitud de cada profesional marcó nuestra experiencia en la huerta. Cuando cada agricultor (horticultor) habló sobre su trabajo, percibimos que debemos valorar más las personas que hacen parte de la sociedad y a buscar cambiar nuestra mirada sobre muchas cosas. No existe una profesión mejor o peor, todas son importantes y merecen ser reconocidas.
Los agricultores hacen parte de nuestra vida, a veces no percibimos. Esta nueva mirada hacia las personas es algo grandioso, nos toca, nos emociona.
ResponderBorrarLos agricultores le gusta mucho tener el contacto con la naturaleza. Sin hablar que, son personas muy pacientes con el crecimiento de las plantaciones y muy cuidadosos con los mínimos detalles del cultivo de la tierra.
ResponderBorrarMuy buena observación, este contacto con los profesionales nos hace tener más atención con las personas.
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ResponderBorrarEl contacto con la naturaleza es muy bueno. Los agricultores hacen su trabajo con muy amor, Para ellos plantar y cosechar es una terapia.
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