SEPULTUREROS

LOS SEPULTUREROS

Los datos, basados en censos mundiales y estadísticas, pueden no ser exactos. Aún así, la ONU estima que nacen aproximadamente 211.000 personas por día, pero en contraposición, ella estima que mueren 102 personas por segundo.

Nosotros tenemos clara visión de quien hace los partos. Pueden ocurrir en cualquier lugar, pero cuando eschucamos la palabra, tenemos en nuestra cabeza la imagen de una maternida, en que la mayoría de las veces es un momento de felicidad y conseguimos reconocer fácil los médicos como profesionales.

Pero, cuando muere una persona, no miramos el trabajo de los sepultureros como miramos el trabajo de quien hace un parto. En el momento del sepultamiento, los sepultureros no son reconocidos por casi nadie como profesionales y, a veces, tienen que tener mucha preparación emocional, apoyo psicológico, pues trabajan en un sitio cargado de energías, en que el sentimiento de tristeza por la pérdida de una persona querida, y acompañan muchas personas con el emocional destruido, ya que pocas personas estan acostumbradas con el destino de la naturaleza humana: morir.

Siguiendo nuestras entrevistas con los profesionales que son "invisibles" en la sociedad, visitamos el cementerio São José, que está ubicado cerca de 2 kilómetros de la Universidad Estatal del Piauí, donde entrevistamos Francisco*, que trabaja hace cinco años como sepulturero.

 

Él nos habló su profesión de una manera que nos sorprendió, ya que le gusta trabajar allí, pues antes limpiaba las calles, todos los días, y tenía que hacer eso debajo de sol, o sea, era un trabajo muy arduo y complejo. Pero, como sepulturero, Francisco* no tiene trabajo todos días y así tiene más tiempo para descansar y hacer otras actividades.

Francisco* habló que, cuando joven, era muy estudioso y aplicado, pero construyó una familia muy temprano, en su juventud. Hoy, él es responsable por sostener sus 6 hijos con el dinero que gana como sepulturero, a pesar de recibir solamente un salario mínimo, realizando un trabajo muy difícil, que requiere mucho preparo físico, agilidad y un fuerte emocional.

No es fácil pasar el día preparando un espacio para poner un cuerpo muerto, no es fácil mirar una familia triste con la pérdida de una persona querida, no es fácil sostener una familia de 8 personas rebiendo solamente un salario mínimo y aún ser invisible en la sociedad, además de ser complejo trabajar en un ambiente en que su salud puede ser puesta en risco.

La entrevista con Francisco* nos hice reflexionar sobre la vida y como nuestra sociedad aún no está acostumbrada con la muerte y sobre los prejuicios que los sepultureros sufren por el trabajo que desarrollan, ya que no es una profesión valorada, rentable, visible y las personas no reconocen el esfuerzo y la importancia de los sepultureros.

La invisibilidad de los sepultureros no existe solo por una desvaloración de la profesión, sino también porque solo tenemos contacto con sepultureros en un momento de dolor, en momentos donde no vemos nada más allá de nuestros familiares o nuestra dolor.

Pero, imagine cómo sería la sociedad sin esos profesionales...COMPLICADA, ¿no?

Todas las profesiones deben ser valoradas, todas las personas deben ser respetadas, ya que todas tienen su importancia para el desarrollo de nuestro país.

PARA SABER MÁS: CURIOSIDADES SOBRE EL CEMENTERIO SÃO JOSÉ

Uno de los sepulcros más conocidos del cementerio, que fue fundado em 1859, es del conductor Gregorio. El mártir fuera asesinado en 1927 por un delegado, pues el conductor, había atropellado accidentalmente, su hijo menor. Antes de la muerte de Gregorio, él fue torturado en un árbol, a las márgenes del río Poty, y pasó días con mucha hambre y sed.

Desde su muerte, los fieles dejan agua y comida en su túmulo y en su monumento, que fue construído en el sitio de su muerte, y afirman que gracias fueron atendidas por el conductor.

Uno de los primeros sepulcros del cementerio São José data el año de 1879.

UBICACIÓN DEL CEMENTERIO SÃO JOSÉ

*: Para preservar la identidad del entrevistado, ponemos un nombre ficticio.

Volver

Avanzar